Repasando la historia

Repasando la historia

Recordemos la Biblia cristiana y su historia se desarrolla mayormente en Egipto, punto geográfico de gran influencia cultural, que da al cristianismo primitivo una riqueza Gnóstica que se aprecia en los evangelios apócrifos y luego en los rollos del mar muerto, el tiempo y los intereses político- económicos de los gobiernos fueron velando tales conocimientos, dejando a los cristianos en la más oscura ignorancia y temor, obligados a escuchar misa en latín y a seguir a ciegas ritos que los adormecían aún más.

Es importante notar que todas las corrientes religiosas tienen los mismos orígenes, básicamente los mismos ángeles se manifiestan en oriente y occidente dando buenas nuevas de paz y amor, cualidades que se pierden en la práctica religiosa gobernada por los más poderosos. También es importante destacar que las corrientes religiosas de Egipcios y Sumerios son piezas claves de la búsqueda y el conocimiento ancestral del hombre y que bien vale la pena reconsiderar. Los Egipcios precisamente consideraban que las fuerzas divinas se agotaban en contacto con la manifestación física y era por tanto necesaria una renovación periódica para recuperarla.

Esta idea perduró a través de la Alejandría egipcia hasta la Europa medieval a través de la corriente hermética, disciplina que tenía tres ramas principales: la alquimia, la magia y la astrología y que luego de ser vedada por diez largos siglos surge nuevamente en movimientos renacentistas.

Hechos y sucesos encadenados unos a otros alrededor del globo terrestre brindan una coherencia iluminadora y el hermetismo acunado en Egipto no es más que otro eslabón de ello. La astrología hermética concebía los ritmos universales en el ser interior; la magia permitía actuar sobre las fuerzas vitales, y la alquimia era el arte de descubrir el espíritu en la materia. Estas tres ramas originales son el principio fundamental de las ciencias actuales y aunque se han diluido y perdido en la modernidad, su pureza se mantiene intacta por discípulos iniciados generación tras generación desde entonces.

Por Marisol Stevens

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