El amanecer
Estamos en el umbral de la era de la luz, de la era dorada. El tiempo del que hablan las profecías, el tiempo de la transfiguración del cuerpo. Cuando los justos de corazón no prueban la muerte, más bien la conquistan transformando su materia.
Estamos mutando hacia una conciencia despierta y unificada donde no tiene lugar el miedo ni el abuso, donde los intereses políticos y gubernamentales ya no satisfacen, las voces de la consciencia despiertan con la luz del alma y dan gritos de alerta. No más muertes de inocentes, no más destrucción del ecosistema.
El sol nos facilita el cambio, su actividad acelerada incide en la naturaleza terrestre. Los estudios astronómicos muestran que nuestro sistema solar está viajando en el cosmos hacia un nuevo campo de energía lumínica que surge del centro de la galaxia y que se origina en el centro universal, el cinturón fotónico.
Este acontecimiento explica muchos de los cambios y los avances tecnológicos conseguidos en las últimas décadas. Muchos de ellos son el resultado de una expansión de nuestro cerebro físico y su capacidad de comprensión abstracta, lo que un niño comprende hoy era imposible para un adulto de cien años atrás Este hecho confirma que la mutación y la evolución ha entrado en un periodo de gran aceleración.
Del mismo modo se explica la aceleración de la resonancia Shumann, o latido de la Tierra, y que ha sido de 7,83 Hz por miles de años y que desde los años 80’ se ha elevado a 12, aceleración que incide directamente en el tiempo, un día de 24 hrs. actuales equivalen a 16 hrs. de antes.
Todos los procesos han sido acelerados, estamos avanzando a pasos agigantados, muchos descubrimientos científicos se quedan en el laboratorio porque no sabemos como insertarlos en las ciencias exactas que con todo lo que surge dejan de ser exactas.
La física cuántica lleva la delantera y ha producido una revolución en su medio, para muchos físicos es imposible dar un paso al frente y mantener el ritmo del avance, sus mentes colapsan, porque entran a un campo incierto, lo absoluto caduca, todo se expande y lo que es más inconcebible para ellos la energía se materializa obedeciendo una inteligencia omnisciente, omnipotente, omnipresente.
¿Qué está ocurriendo? nuevos horizontes con nuevas voces y puertas para cruzar, nuevas posibilidades de ser un creador consiente en nuestra propia vida y de aquellos que nos acompañan.
No dejemos que el consumismo nos consuma, pues un Dios interno nos pisa los talones y está triunfando a pesar de los odios y egoísmos que parecieran dominar. No todo es lo que parece, es el ruido del miedo, la oscuridad que no quiere ceder el paso a la luz ante la evidencia de su ilimitado poder. Cómo oscurecer lo que la luz enciende?
Estamos en los confines de la historia del hombre dormido, la luz nos despierta, la luz que viene del corazón universal con su chispa divina, con sus cuantos y fotones que mutan al hombre hacia un nuevo estado de ser, hacia un estado de conciencia que lo integra al cosmos.
Surgen movimientos grupales en todas las latitudes sumándose a una causa planetaria. La unidad es el lema, la unificación de razas y credos despertando al amor, un tipo de amor desconocido, un amor energético y poderoso, una fuerza de cohesión que nos conmueve en masa, que nos arrastra en un torrente expansivo de grandes proporciones. Los medios facilitan el proceso, la inernet materializa la conciencia humana como un gran cuerpo pensante, donde la exclusión es imposible.
Nos unificamos irremediablemente, somos una familia humana, el proyecto es mutuo, no es posible quedar fuera de las causas y efectos que hierven y pulsan en la vorágine mundial, el todo repercute en el todo, nos afectamos mutuamente y es tiempo de aceptarlo, no estamos separados, ha sido una ilusión pensarlo o creerlo.
Por Marisol Stevens