El origen, la frontera del ser
Nos ha tomado infinidad de generaciones programar nuestras células con el patrón social que nos permitiera desarrollarnos y evolucionar y han sido estos mismos patrones, plasmados con tanto dolor en las entrañas de la humanidad, los que nos tienen atrapados e inmovilizados.
Retornar a nuestro origen es precisamente volver a ser nosotros mismos, sin máscaras, libres de las sombras que nos cubren, desapegados de críticas. Aceptarnos a nosotros mismos es la clave y para ello descubrirnos y conocernos profundamente, de allí en más es camino llano y seguro bajo la protección de dios, el Dios que está en cada uno, el que nos habita, el que nos habla en susurros desde el corazón.
Por Marisol Stevens
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