Tu voluntad y su poder

Tu voluntad y su poder

«Ninguna fuerza excepto tu propia voluntad es lo suficientemente fuerte o digna como para poder guiarte.»

Es nuestra propia voluntad la que nos brinda el poder de lograr lo que deseamos, pero es el ego, quien manipula los deseos manteniendonos en un interminable conflicto.

Vemos, en nuestro estudio del Curso de Milagros , que mal usamos el poder de nuestra mente teniendo pensamientos negativos y pesimistas recurrentes y que por ello no salimos nunca de la negatividad, porque los pensamientos y sentimientos son tan poderosos que encienden un mecanismo divino de creación que obedece nuestras ordenes. Nuestras ordenes, no son lo que deseamos, son lo que pensamos y sentimos en el fondo de nuestro ser.

Muchas personas dicen sentir sentimientos muy hermosos, y predican mucho de ello, pero se trata solo de palabras que enmascaran una verdad que muchas veces ellos mismos desconocen. Un ejemplo clásico son aquellas personas religiosas que viven la letra y no el espíritu. Personas religiosas, que según ellas aman a Dios y le temen, en el temor esta toda la negatividad que los aprisiona y le imposibilita vivir el verdadero sentido del amor, en el temor y el juicio a su prójimo, se encuentra la fuerza que alimenta al ego colectivo que aprisiona a la humanidad.

Si somos religiosos o no, no hace la diferencia cuando nuestros pensamientos son producidos por fuentes externas, porque la verdadera fuente de poder es interna y no tiene temor, ni hace juicio de nada. Las personas que se conectan con su interior, se conectan con su yo Divino y este los empodera, entonces hablamos de personas poderosas, porque no son influenciables y ellos si son la diferencia.

Si vivimos desde nuestro centro de poder, desde nuestro yo Divino no habran pensamientos confusos que nos traiciones, y si estos surgieran, el mismo espíritu santo los utilizaria a favor de Dios, vale decir a favor de nuestro propio yo Divino, esto implica que lo que pase será lo mejor para todos, porque todos somos Dios.

«Esto quiere decir desearlo sin ninguna ambivalencia, y esta forma de desear esta completamente desprovista de la compulsión de obtener del ego.»

Entonces todos poseemos poder de voluntad, porque todos somos Dios. El maestro nos dice claramente que el y su padre son uno, y esto vale también para cada uno, todos somos uno, un hijo de Dios con todo lo que ello implica, pero lo mas importante de destacar y recordar aquí, es que si somos uno, lo que le hacemos a uno lo hacemos a todos y esto nos incluye.

Ahora que hemos tenido acceso a este conocimiento clave, podemos ver que tenemos dos caminos: el camino arduo, en que sufrimos constantemente, en que andamos perdidos y experimentamos los efectos de creer que somos insignificantes, indefensos e impotentes de vivir la vida que deseamos, porque hemos sido víctimas de otros y de las circunstancias y que todo depende de otros mas poderosos, o el camino del poder, en que ya no miras hacia fuera, porque sabes que el espíritu de amor y unidad gobierna tu vida, y mas aun puedes hacer la diferencia para otros, porque lo que te das a ti, se lo das a otros, y sin duda son muchos los que se benefician cuando escogemos despertar y mantenernos despiertos.

Recién entonces estas haciendo el uso del poder de forma consciente, no porque te habías olvidado, eras menos poderoso y menos hijo de Dios, pero ahora es cuando utilizas el poder creador de forma consciente.

«En el lenguaje del ego tener y ser significan dos cosas distintas, si bien para el Espíritu Santo son exactamente lo mismo. El Espíritu Santo sabe que lo tienes todo y que lo eres todo. Cualquier distinción al respecto es significativa solamente cuando la idea de obtener, que implica carencia, ha sido previamente aceptada.»

Cuando activas tu fuerza de voluntad es cuando haces la diferencia. Siempre eres un hijo de Dios, por lo tanto puedes vivir desde ese conocimiento sabiendo que perteneces a un reino de los cielos y que el poder que allí hay esta en ti. Elige saber que eres del reino de los cielos y que tienes el reino de los cielos en ti y utiliza tu fuerza de voluntad para hacer el cambio.

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